Explora y Descubre tu Dharma - Tu Propósito de Vida

Dharma proviene de la raíz sánscrita dhri, que significa “sostener”, “mantener” o “preservar”. Dharma es lo que te nace sin esfuerzo y genera impacto real.
¿Te has sentido perdido, desmotivado o simplemente... desconectado?
Tal vez estés trabajando duro, cumpliendo metas, tachando listas. Pero algo dentro de ti grita: “Esto no es todo. No es lo que vine a hacer.”
Esa voz no es debilidad. Es un llamado.
Y tiene nombre: Dharma.
Dharma proviene de la raíz sánscrita dhri, que significa “sostener”, “mantener” o “preservar”. Sin embargo, en los primeros Vedas (los escritos más antiguos de la India) y otros textos hindúes antiguos, el dharma se refería a la ley cósmica que creó el orden en el universo a partir del caos.
Es la ley universal que convierte el caos en armonía, la confusión en propósito. Posteriormente, se aplicó a derechos, deberes, y religión, como un medio para preservar y mantener la moralidad.
Según el Bhagavad Gita, “es mejor fallar en tu propio Dharma que triunfar en el de otro.”
¿Por qué? Porque vivir fuera de tu propósito desgasta, drena y destruye.
Pero cuando actúas desde tu Dharma, todo empieza a alinearse. Tu energía sube. Tus relaciones mejoran. Tu salud cambia.
Dharma es tu razón de existir. Es tu ventaja competitiva más poderosa, porque nadie más puede ser tú.
¿Qué dice la Sabiduría Ancestral?
En el Manusmriti, se dice que el Dharma no es solo lo que haces, sino cómo lo haces. Es actuar con verdad, compasión y determinación.
En el Charaka Samhita, texto fundamental del Ayurveda, se afirma que la salud (Swasthya) no es posible sin el cumplimiento del Dharma, porque el desequilibrio físico nace del desequilibrio con uno mismo.
El Dharma es universal y eterno. No es budista, cristiano, hindú, jainista, judío, musulmán, etc. No pertenece a ninguna religión o secta en particular, pero corresponde a todas.
Entonces, ¿cómo sabes cuál es tu Dharma?
Dharma no es una etiqueta. No es un trabajo con título bonito ni una cuenta de Instagram exitosa.
Es lo que te nace sin esfuerzo y genera impacto real. Tú no tienes que forzarte cuando estás en tu Dharma.
Así como el sol brilla, las flores lucen sus fascinantes colores y formas; las abejas producen miel; los insectos, las aves e incluso algunos mamíferos polinizan las plantas; varias plantitas nos brindan medicina; si un individuo está siguiendo su dharma, está persiguiendo su verdadera vocación y sirviendo a todos los demás seres del universo desempeñando su verdadero rol en la vida.
Lo que haces sin que te paguen.
Lo que te emociona tanto que te da paz.
Lo que haces tan bien, que otros se benefician simplemente por verte hacerlo.
Eso es. Eso eres. Eso es tu Dharma.
El Dharma puede ser considerado como una verdad, una enseñanza, una práctica, y la iluminación que nos ayuda a vivir una vida legítima.
Es vivir la verdadera misión y propósito, expresándolos al mundo. Es vivir sin miedo ni limitaciones con nuestros dones únicos.
Mi historia con el Dharma
Me tomó más de 20 años de trabajo en comunidades rurales de países emergentes, tiempo con preguntas incómodas, y mucho silencio para encontrarlo.
Preguntas como:
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¿Qué haría si el dinero no existiera?
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¿Qué me hace levantar de la cama incluso en los días difíciles?
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¿Qué me da paz mientras lo hago?
Cuando empecé a descubrir mis dones y mi propósito único, me tomó tiempo para darme cuenta de lo que realmente ha estado sonando en mi corazón desde más de tres décadas atrás.
Tomaba de cinco a diez minutos todos los días para hacerme varias preguntas, desde las más simples como, qué es lo que me motiva a levantarme de la cama todas las mañanas, qué actividades son lo que más me atraen y podría pasar horas haciéndolas.
Una de las herramientas que más me ayudó también fue pedir a mi gente, la más cercana y que me conoce bien, me diga cuáles creen que son mis principales fortalezas, talentos o cualidades. Sus perspectivas me ayudaron a tomar una decisión y a empezar este camino desde el 2015.
No estoy aquí por error ¡Y tú tampoco! El universo nos apoya cuando actuamos de acuerdo con nuestra verdadera naturaleza, nuestra vocación y nuestro propósito, toda nuestra razón de ser.
Descubrí que ayudar a otros a sanar —no por caridad, sino por propósito— es lo que siempre estuvo ahí.
Eso no fue coincidencia. Fue Dharma.
Cómo empezar a descubrir tu Dharma
Descubrir tu Dharma es vivir la verdadera misión y propósito, expresándolos al mundo. Es vivir sin miedo ni limitaciones con nuestros dones únicos.
Se dice que todos los seres deben descubrir y aceptar su dharma, para que exista un orden y armonía en el mundo.
Vivir desde el ego niega la expresión de nuestros talentos en beneficio nuestro y de los demás.
Por eso es importante ser nuestro propio observador, recordando que no somos nuestros pensamientos, sentimientos, emociones o creencias, somos mucho más que eso.
El propósito del Dharma es permitir que todos en el mundo evolucionemos al máximo potencial.
Incluso voces contemporáneas como la de Eckhart Tolle coinciden con esta sabiduría milenaria.
En El Poder del Ahora, Tolle nos recuerda que nuestro propósito de vida no es algo que debamos buscar frenéticamente afuera, sino algo que emerge cuando habitamos plenamente el momento presente.
Para él, existe un propósito primario: estar consciente, presente, despierto en el ahora, y un propósito secundario, que es aquello que hacemos en el mundo.
Cuando vivimos desde esa presencia, nuestro Dharma se revela naturalmente, sin esfuerzo, y desde ahí cualquier acción cobra sentido. Es decir, tu Dharma florece cuando estás verdaderamente aquí.
Lo mejor de todo, es que cada uno de nosotros/as contiene una única expresión de dones divinos, nuestra única contribución al mundo, que es lo que mejor hacemos y nos llega sin esfuerzo.
Podrías empezar a:
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Observar tu energía: ¿Qué te llena y qué te vacía?
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Pedir feedback real: Pregunta a quienes te conocen bien cuáles creen que son tus dones únicos.
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Escuchar el cuerpo: El Ayurveda enseña que tu cuerpo reacciona con entusiasmo o rechazo antes que tu mente.
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Actúa: No necesitas tener claridad total. Solo necesitas dar el primer paso. El Dharma se revela en el camino.
Dharma no es una idea. Es una decisión.
Y sí, puede doler cambiar.
Pero duele más vivir una vida que no es tuya.
Haz lo que viniste a hacer. Vive como viniste a vivir.
Porque no estás aquí por error. Y tu vida no es un ensayo.
Si encontraste ya tu Dharma, vívelo, abrázalo, báilalo y disfrútalo. Si estás en el camino para descubrir tu Dharma, espero que este artículo pueda servirte.
Hasta el día de hoy puedo decirte que cuando tu vida está alineada con tu Dharma, te trae una sensación de alegría, auto-realización, y plenitud a tu vida.